lunes, 27 de septiembre de 2010

UN JUEGO DE NIÑOS







Estas semanas de inicio del curso suelen ser para mí tiempo de hiperactividad, en el que empiezo a convertir ideas que me han ido surgiendo mientras no daba golpe en la playa, en realidades a medias, que a veces se convierten en realidades del todo, y otras muchas veces no.
Aunque estoy muy metido en A HISTORIA XAMÁIS CONTADA, XAMÁIS CONTADA, libro del que hablo más abajo, lo estoy simultaneando con unas páginas de otra historia, que se llamará algo así como UN JUEGO DE NIÑOS, si es que finalmente cobra vida, que no lo sé.
El motivo de esta doble vida que llevo, gráficamente hablando, es que la manera de llevar a cabo estas primeras páginas de la posible historia de la que os hablo, me permiten distanciarme un poco, y en cierta forma, descansar del proceso de acabado de AHXCXC, que es lento y a veces pesado.
Un juego de niños se acerca más, como bien dice su título, a algo lúdico y divertido, y a pintar, en definitiva, que es lo que más me gusta, sentir directamente el contacto del soporte y las pinturas.
Los originales son del mismo formato (50x70 cm) que los que utilicé en LA MANCHA NEGRA, pero esta vez se trata de manchas de colores, y muchos colores.
El proceso es el que se puede ver aquí, dibujo a lápiz siguiendo bocetos a tamaño muy pequeño hechos en un cuaderno, sobre estos dibujos pinto directamente con una paleta lo menos matizada posible, bastante extrema, y por último le paso el negro con un rotulador permanente.
El resultado es algo similar a lo que hago en ordenador, pero con un aspecto más manual, menos mecánico y menos minimalista, al menos en el aspecto de los colores.
En principio no voy a desvelar más de lo que irá esta historia, voy a buscarme la vida a ver si tengo forma de financiar su edición, y si es así, ya podré contar algo más sobre ella.
Si no, será una de tantas cosas que se quedan en el camino, pero que también son importantes, porque forman parte de esas historias jamás contadas que también están detrás de las que finalmente, sí se cuentan.

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